El sector agroalimentario español: casi un millón de explotaciones agrícolas y ganaderas, 30 millones de hectáreas, unos 45.000 millones en ayudas, una exportación que supera los 48.000 millones (20 % del total nacional). Pero si algo debemos destacar en estas estadísticas es la calidad, una apuesta innegociable en los tiempos de la globalización.
La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), Isabel García Tejerina, sostiene que España es “la bodega, la almazara y la huerta del mundo”, gracias a la calidad de sus productos y su potencia exportadora.
Una realidad que se construye con el esfuerzo de agricultores y ganaderos, la industria y la distribución agroalimentarias, y el apoyo de las administraciones: desde la local a la comunitaria.
“La calidad es necesaria dentro de los mercados mundiales”, afirma el secretario general de Agricultura y Alimentación de Mapama, Carlos Cabanas. “Para nosotros ha sido una prioridad trabajar en la trazabilidad, el control y la lucha contra el fraude y en adaptar nuestras normas de calidad a las nuevas tecnologías: hemos hecho revisión de más de 500 productos en los últimos cuatro años”. La Comisión Europea siempre “ha trasladado como bandera el modelo de producción europeo, que va unido a una calidad, a través de unas normas por las que tenemos los mayores estándares de seguridad”.
Apoyo legislativo a la calidad
En España, existe además la ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, con herramientas de supervisión y control de la calidad. El comisario de Agricultura, Phil Hogan, anunció recientemente una iniciativa comunitaria que podría prever requisitos mínimos relacionados con las prácticas comerciales desleales. Según fuentes de la Comisión, primero se llevará a cabo una consulta pública y una evaluación de impacto si se considera que la acción es apropiada en la primera mitad del próximo año”.
Desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), insisten en la “apuesta muy fuerte por la calidad” de un sector que trabaja en la innovación para obtener alimentos seguros y de calidad, como a través de la plataforma tecnológica “Food for Life Spain”.
Transparencia y trazabilidad
El director general de Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Ignacio García Magarzo, hace hincapié en la regulación comunitaria, que incluye la prohibición y sanción de determinadas prácticas “porque generan costes que repercuten negativamente en el consumidor”.
Asedas apoya los fines de esa norma que “trata de dar transparencia y estabilidad en las relaciones comerciales. La experiencia de estos años nos hace pensar que el camino de la autorregulación, si se toma en serio, presenta enormes oportunidades para que los sectores transformen sus relaciones comerciales”.
Además de trabajar en el equilibrio de la cadena, “los agricultores y los ganaderos deben aplicarse medidas estructurales que incrementen su poder de negociación, ganando dimensión y orientando la producción al mercado”.
Un mercado marcado por la globalización y la diferencia de modelos productivos en los que España, y la Unión Europea, solo podrán sostenerse si tienen en cuenta la calidad y el valor añadido.
Fuente: efeagro