Este es un ejemplo sencillo de cómo podrás sacarle provecho al enfoque basado en el riego, ya verás que no es tan complicado al aplicarlo en procesos organizacionales. En seis pasos podrás ver como se aplica la gestión del riesgo y si pones cuidado podrás distinguir el ciclo P – H – V – A en su aplicación.
1. Identifica cuáles son los riesgos y las oportunidades – que dependen del contexto
Ejemplo: Si cruzas una calle concurrida con demasiados automóviles que van rápido, los riesgos no son los mismos que si la calles es poco transitada por autos en movimiento. También es necesario tener en cuenta aspectos como el clima, el horario, temporada escolar, la visibilidad, la movilidad personal y objetivos personales específicos.
2. Analiza y prioriza los riesgos y oportunidades
¿Lo que es aceptable o inaceptable?, ¿Qué ventajas o desventajas tiene con un procedimiento sobre otro?
Ejemplo: Necesitas cruzar un camino transitado con seguridad para llegar a una reunión en un momento dado.
La oportunidad de alcanzar tu meta más rápidamente debe ser equilibrada contra la probabilidad de una lesión. Es más importante llegar a tu reunión sin lesiones que llegar a la reunión a tiempo.
Puede ser aceptable llegar un poco tarde, por usar un puente peatonal para cruzar la calle si la probabilidad de salir lesionado al cruzar directamente es alta.
Analiza la situación (comprende el contexto). El puente peatonal se encuentra a 200 metros de distancia y añadirá tiempo al trayecto. Tienes tiempo, la visibilidad es buena y puedes ver que en el camino no hay muchos automóviles en este momento.
Decides que cruzar directamente la calle, tiene a una probabilidad de riesgo de lesiones baja, aun así hay una oportunidad para llegar a tu reunión a tiempo.
3. Planifica acciones para hacer frente a los riesgos
¿Cómo puedes evitar o eliminar el riesgo? ¿Cómo puedes reducir los riesgos?
Ejemplo: Podrías eliminar el riesgo de lesiones mediante el uso del puente peatonal, pero ya has decidido que el riesgo que implica cruzar directamente la carretera es tratable.
Ahora, hay que pensar cómo reducir la probabilidad de lesiones y/o el efecto de la lesión.
Razonablemente no puedes esperar controlar el efecto de un automóvil al atropellarte, pero puedes reducir la probabilidad de ser golpeado antes.
Casco, rodilleras, protector de cadera, espinilleras; ok, es demasiada preocupación, no puedes andar así por la calle todos los días.
Puedes plantearte la intención de cruzar en un momento en que no haya autos en movimiento y así reducir la probabilidad de un accidente.
También puedes elegir cruzar la calle en un lugar donde tengas una buena visibilidad y te puedas parar de manera segura a evaluar el número de autos que transitan, lo que reduce aún más la probabilidad de un accidente.
4. Implementa el plan – toma medidas
Ejemplo: Te mueves a un lado de la calle, compruebas que no hay barreras para cruzar, la calle está libre de hoyos en los que podrías tropezar, es un lugar seguro para cruzar, vienen pocos autos, das los primeros pasos.
Compruebas que no vienen autos. A la mitad de la calle paras en el lugar central seguro. Evalúas rápidamente la situación de nuevo y luego cruzas la segunda parte de la calle.
5. Verifica la eficacia de las acciones – ¿Cómo funcionaron?
Ejemplo: Llegaste al otro lado de la calle sin lesiones y a tiempo: el plan funcionó, los resultados deseados se lograron y se evitaron los riesgos.
6. Aprender de la experiencia – la mejora continua
Ejemplo: Repite el plan durante varios días, en diferentes momentos y en diferentes condiciones climáticas.
Esto te da datos para entender que el cambio de contexto (tiempo, clima, cantidad de automóviles) afecta directamente a la eficacia del plan y aumenta la probabilidad de que no vayas a lograr tu objetivo (llegar a tiempo y evitar lesiones).
La experiencia te enseña que cruzar la calle a ciertas horas del día es muy difícil porque hay demasiados automóviles.
Para limitar el riesgo, mejoras tu proceso mediante la revisión de opciones como el uso del puente peatonal en horas de alto tráfico.
Sigues analizando la eficacia de los procesos y revisándolos cuando el contexto cambia.
También considera seguir oportunidades innovadoras:
¡Lo ves!, no parece tan complicado. Si bien hay que ponernos en el contexto organizacional el proceso es el mismo. Estudiando más a fondo te darás cuenta que hay que calcular probabilidades y generar evidencias de que los riesgos fueron identificados, se planifico su tratamiento y se actuó cuando se presentaron (si es que realmente se materializaron). Pero todo esto es para tener un SGC que mira hacia delante de forma proactiva.
Fuente pymesycalidad20.com