En relación a la importancia de la competitividad y la rentabilidad de las organizaciones, así como una reducción de costes, es posible de la mano del desarrollo de procesos de externalización de actividades, funciones y servicios, existiendo la posibilidad de desarrollo de grandes ventajas, tanto para autónomos, como para grandes, pequeñas o medianas empresas.
Esta práctica se ha extendido poco a poco entre las empresas españolas, y en la actualidad todo apunta al desarrollo en los futuros años.
En relación a ello, podemos considerar un estudio desarrollado por Adecco en el que concluye que siete de cada diez entidades (71,5%) consideran que la contratación de servicios externos aumentará a corto plazo.
Asimismo, los departamentos de administración, producción, operaciones, tecnología de la información y comercial son aquellos en los que más se externaliza, especialmente en empresas especializadas. Los sectores distribución, transporte, ventas, Recursos Humanos e informática... son los más habituales.
En los últimos años también se han externalizado otras funciones de valor añadido como la logística, los procesos auxiliares de la industria, los servicios de atención al cliente y la tendencia, orientándose a un mayor crecimiento.
«Nunca deben externalizarse los procesos que nos diferencian de la competencia»
Esta idea es clave, dado que todo aquello que no forme parte del negocio principal de la compañía, y que además no tenga impacto directo en el mismo, sin ser parte del negocio principal de la compañía, y sin tener un impacto directo en el mismo
Llevar a cabo esta estrategia requiere de una previsión con criterio, pensando muy bien las funciones y actividades que es necesario delegar a un tercero.
En este caso la idea fundamental, es la de tomar la decisión de externalizar, considerando los motivos por los que determinado aspecto aporta un valor contrastable a la organización, la obtención de una mejora radical de los procesos sobre los que no se tiene capacidades especiales, haciendo más eficientes las tareas fundamentales.
La externalización es un reflejo de una mayor rentabilidad de negocio, siendo fundamental prestar un servicio de mayor calidad, aunque a menor coste para el cliente, superando la falta de recursos propios.
Si delegamos la gestión de algunas actividades a otra empresa hay que pensar que esa entidad especialista puede hacerlo mejor porque son expertos en esas funciones. De este modo, se consigue mayor eficiencia a la hora de hacer las cosas, reduciendo el riesgo en posibles inversiones, siendo posible obtener más soluciones innovadoras porque nos dedicaremos exclusivamente a nuestro negocio.
Antes la empresa externalizaba para reducir costes y ahora se da cuenta de que es un medio para conseguir competitividad
- Una oportunidad
Grandes, medianas y pequeñas entidades pueden hacerlo, aunque de momento las pymes son las que menos lo han adoptando, ay que temen perder poder, control e información. En relación a ello, ya sea por comodidad, o por falta de recursos propios o por rentabilidad, la externalización es una oportunidad para las pymes y una herramienta útil para el crecimiento de la empresa.
Como dato de interés, el sector farmacéutico, alimentación, tecnologías de la información y comunicación son los que más demandan estos servicios de externalización.
- Encontrar el equilibrio
Para externalizar es necesario encontrar un equilibrio entre las actividades que seguirá desempeñando la empresa internamente y las que dependen de un tercero. Todo requiere su proceso. Sin embargo, no siempre se hace de forma correcta. Lo primero es realizar un estudio sobre cómo llevar a cabo la externalización y bajo qué criterios, qué externalizar y hasta dónde.
Es necesario analizar qué y hasta dónde hace cada persona o departamento a externalizar para que no queden tareas sin ejecutar. Posteriormente, es necesario considerar los costes que supone, y aquellos que cubren las expectativas.
Asimismo, también es necesario calcular la rentabilidad de las funciones a externalizar antes y después de hacerlo, considerando posibles riesgos como por ejemplo si el proveedor trabaja para la competencia, su solidez financiera, etc.
Cuando se delegan funciones a un tercero ha de documentarse de forma rigurosa con un acuerdo en el que se especifique el nivel de servicio que se contrata, su seguimiento e incluso penalizaciones si no se cumple.
- Lo que gana la empresa
Ceder la gestión de determinadas actividades, funciones y servicios a otra empresa especializada presenta muchas ventajas, sobre todo en competitividad. Pero también aporta mayor flexibilidad y reducción de costes, permite concentrarse en el negocio y redirigir el talento a las áreas clave, mejorar procesos y productividad, reducir el riesgo de la inversión relacionada con las actividades externalizadas, liberar recursos internos para otras actividades, acceder a soluciones de vanguardia, aumentar ventas, mejorar la capacidad de adaptación al mercado y de control sobre el propio negocio, etc. por lo que se trata de un proceso que toda empresa ha de valorar.
Fuente: Abc.es