La versión 7 del Protocolo BRC de seguridad alimentaria entra en vigor el próximo 1 de julio. Gestión del fraude, exigencias a los proveedores, gestión de excedentes alimentarios, control del etiquetado y nueva forma de calcular los grados de certificación de las empresas, son algunas de las novedades que se incluyen con respecto a la versión anterior.
Desde que en enero de 2013 se hizo público que se había encontrado ADN de caballo en carne picada etiquetada como vacuno, la vulnerabilidad al fraude ha sido uno de los aspectos que más ha preocupado a las autoridades regulatorias de la UE, cadenas de supermercados y a la industria alimentaria. En este sentido la nueva versión del protocolo BRC se ha basado en dos informes oficiales para introducir nuevos requisitos referentes al control del fraude. Se trata del informe Elliot (Reino unido) y el informe UE 2013/2091.
Además del aspecto relativo a la gestión del fraude el resto de cambios que incluye la versión 7 del protocolo BRC hacen necesario que la empresa lleve a cabo algunas modificaciones en sus sistemas de gestión de la calidad y seguridad alimentaria. Los más relevantes son los que explicamos a continuación.
En el requisito 11.6 relativo a la disponibilidad de información legal o técnico-científica, se incluye un referente a la identificación de nuevos riesgos para la autenticidad de materias primas. En la versión 7 además de disponer de referencial se debe estar al tanto de cualquier cambio a través de la web. Para ello es fundamental la suscripción a BRC participate.
Respecto al análisis APPCC no existen cambios significativos, únicamente se incluye en la evaluación del Plan APPCC los seguimiento de las retiradas de productos. En auditorías internas sí que se incluye como novedad la existencia de un programa de las mismas a lo largo de todo el año.
El requisito 3.5.1 sobre proveedores, su aprobación y seguimiento pasa a ser uno de los fundamentales. Así, se añade la evaluación del riesgo de sustitución o fraude de las materias primas, debiendo revisarse dichas evaluaciones al menos anualmente. Por otro lado obliga a realizar auditorías de seguridad alimentaria detalladas (Al igual que en procesos subcontratados) a aquellos proveedores que no tengan certificado de Global Food Safety y deja únicamente el uso de encuestas a proveedores de bajo riesgo.
Se introduce los requisitos 3.12.1 orientación y 3.12.2 comunicación con el cliente con el objetivo de que sean eficazmente comunicadas. Asimismo, se incluye un nuevo requisito en cuanto a Food Defense, que introduce el requisito 4.2.3 relacionado con la seguridad de almacenes externos, silos y tuberías.
Se contempla un tipo de zona denominado Ambient High Care para productos que si bien se conservan a temperatura ambiente, presentan ciertos riesgos de patógenos como por ejemplo la leche en polvo.
Una de las novedades más importantes, consecuencia de la coyuntura económica de los últimos años, son los requisitos relacionados con la reducción del desperdicio alimentario (4.13 Gestión de excedentes alimentarios) en este sentido, cualquier donación alimentaria que se haga debe contar con la autorización de la propia marca.
Fuente: Revista AENOR