En el año 2013, Colombia produjo 1.039.786 toneladas de aceite de palma en 476.781 hectáreas sembradas pese a problemas fitosanitarios y bajas productividades que se presentaron en el sector. Colombia es hoy en día el productor más grande del continente americano y aporta cerca del 2% de la producción mundial, después de Malasia e Indonesia.
El cultivo de la palma de aceite ha tenido un crecimiento en áreas sembradas de más del 7% en los últimos 5 años, una cifra que evidencia el dinamismo del sector en la agricultura nacional. Teniendo en cuenta que Colombia cuenta con 4.9 millones de hectáreas en agricultura, y que la aptitud de uso del suelo es de aproximadamente 21,5 millones de hectáreas, resulta fácil anticipar un gran potencial de crecimiento para la palma africana.
Sin embargo, la ecuación no es así de simple. Se deben considerar aspectos ambientales como ecosistemas estratégicos; aspectos sociales como vacíos legales en la propiedad de la tierra o desplazamientos forzados; aspectos de viabilidad edafoclimática o aspectos de disponibilidad, respecto a los precios de la tierra, el agua y la mano de obra. Los riesgos de un crecimiento no controlado serían grandes para el país y es ahí donde la RSPO se presenta como una excelente herramienta que puede catalizar la expansión del sector palmero, haciéndolo sostenible y teniendo en cuenta las dimensiones adecuadas para equilibrar los beneficios de las empresas, personas y medio ambiente.
Hoy en día la RSPO ha tomado fuerza entre las empresas palmeras. No obstante, hace un par de años, esta certificación en Colombia era solo una sigla que representaba una norma de sostenibilidad, la cual generaría unas restricciones en el comercio internacional a partir del año 2015. Se sabía que únicamente una empresa había logrado dicha certificación pero no se tenía claro cómo lograrla ni cómo cumplir con sus requisitos.
Así las cosas, el FSP (Farmer Support Programme), un fondo administrado por Solidaridad con auspicio del Ministerio Holandés de Asuntos Exteriores y diferentes empresas privadas, ha permitido que el sector palmero en Colombia demuestre un gran avance hacia la sostenibilidad. Este proyecto se empezó a gestar a mediados del año 2012 por medio de la unión de cinco de las empresas palmeras más importantes del país (Hacienda La Cabaña, Indupalma, Aceites, Palmaceite y Aceites Manuelita), las cuales fueron reunidas por medio de una plataforma facilitada por Agrobiz y con el apoyo de la Federación Nacional de Cultivadores de Aceite de Palma– Fedepalma. Este grupo de empresas asumió el compromiso de liderar la certificación en RSPO en el país y de unir esfuerzos para presentarse a este fondo concursable. Los esfuerzos se vieron recompensados y en diciembre de 2012 fue aprobado el proyecto con el compromiso de tener 4 certificaciones RSPO de núcleos parciales al año 2015 y de demostrar avances en el cumplimiento de mejores prácticas agrícolas en más de 500 proveedores de fruto fresco.
Aceites y Palmaceite, por ejemplo, en su estructura reúnen aproximadamente 14.000 hectáreas repartidas en una zona bastante amplia incluyendo pequeños, medianos y grandes productores de fruto fresco. Los esfuerzos de este núcleo están enfocados en lograr que más de 200 proveedores cumplan con todos los parámetros y requisitos de la norma, y son de mucha importancia debido a que conforman la base de conocimiento para el trabajo con la base de suministro, actividades que tendrán que hacer las otras empresas una vez obtengan sus certificaciones parciales.
Fuente:comerciosostenible.org