El pasado mes de junio, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publicó la revisión parcial del Código de buen gobierno de las sociedades cotizadas. Con ella, se adaptan varias recomendaciones del Código a modificaciones legales surgidas desde su publicación y se realizan aclaraciones sobre otras.
Tal y como recoge la nota de prensa emitida por la propia CNMV, los cuatro ejes en torno a los que ha girado la reforma son:
De estos cuatro, quisiera poner el foco en el segundo, en concreto en las Recomendaciones 53, 54 y 55, sobre Sostenibilidad, en las que se realizan algunos ajustes técnicos y se sustituye el término responsabilidad social corporativa por el más amplio y utilizado actualmente de sostenibilidad en relación con aspectos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG).
Y es en torno a este cambio que quisiera establecer una reflexión basada en dos preguntas: ¿Por qué razón transformar la “RSC” en “Sostenibilidad”? y ¿con qué objetivo?
Hay voces que se posicionan apoyando esta decisión, entre otras razones, porque lo entienden como una evolución en el concepto de responsabilidad social. Argumentan que ésta ha estado vinculada durante muchos años al concepto de acción social o filantropía, y esto es algo a trascender para avanzar hacia un concepto mucho más global y trasversal, relacionado con el objeto social de la empresa. Estoy totalmente de acuerdo con ello, creo en la distinción entre ambos conceptos y me parece absolutamente necesario marcar las diferencias.
Ahora bien, me asaltan firmes dudas sobre si seremos capaces de dotar a la palabra “sostenibilidad” del contenido necesario para contribuir a esa evolución que deseamos. Según la RAE, sostenible, especialmente en ecología y economía, es aquello que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente. Es decir, el acento se pone sobre lo medioambiental. Sin embargo, cuando hablamos de sostenibilidad en el ámbito de la Responsabilidad Social y de las Inversiones Socialmente Responsables, hablamos de criterios ASG: Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno. Por lo tanto, la RS es una herramienta para conseguir la sostenibilidad, pero ambos conceptos, en mi opinión, no son intercambiables porque, si lo que no se nombra no existe, nos enfrentamos al riesgo de que conceptos como el de social, caigan en el olvido.
No creo en la inocencia de los cambios y tampoco creo que sea una cuestión casual que en el ámbito de la ISR, llevemos años hablando de Inversión Sostenible y Responsable, en lugar de Inversión Socialmente Responsable. A priori podría parecer que como el término sostenible incluiría la parte social, el concepto englobaría más aspectos y esto permitiría extender el ámbito de actuación. Sin embargo, no estoy segura de que el inversor retail y la ciudadanía en su conjunto, no necesariamente experta en este tema, tengan a su disposición la información necesaria para tomar conciencia de estos matices. Para mí es algo similar al número de clics que hay que hacer en una web para llegar a obtener la información que buscamos. No es lo mismo que haya un titular en la web de inicio, a que haya que desplegar el menú, abrir una pestaña y dentro de ella se encuentre el titular. Algo así le pasaría al concepto de lo social, que de algún modo está entrevelado en lo sostenible y quizás no todos los actores que intervienen en los mercados muestren interés por encontrarlo.
Observo el riesgo de que bajo la excusa de la inclusión, se genere la exclusión. Que el cambio responda a una cuestión de marketing y no de toma de conciencia. Porque como ya desarrolló Kant en el siglo XVIII, no es lo mismo el ser que el deber ser y éste último sólo sale a la luz en ausencia del primero; lo que aplicado a nuestro tema de reflexión, la relevancia de nombrar a lo social sale a la luz cuando debiendo ser nombrado según la conciencia moral (o responsabilidad y ética empresarial), resulta que no lo es.
El mercado, los beneficios y el marketing forman parte de las empresas, como lo hacen la ética, la moral y la filosofía, solo que a veces, como fuerzas opuestas.
Fuente:agorarsc.org