La adecuada higiene de la piel, en especial la limpieza de las manos, constituye uno de los pilares básicos para la prevención y el control de las infecciones. Ya en el siglo XII aparecen los primeros escritos médicos que recomiendan el lavado de manos después de atender a personas enfermas.
Actualmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el resto de organismos implicados en el control y prevención de enfermedades recomiendan la higiene de manos como primera medida de prevención para evitar la propagación de la enfermedad COVID-19.
En la superficie de nuestras manos conviven gérmenes de forma habitual (a los que llamamos flora residente), con otros microorganismos que contaminan nuestra piel accidentalmente (flora transitoria), más difíciles de eliminar de forma rutinaria y que precisan un lavado de manos más intenso que reduzca las infecciones cruzadas.
Con la aparición del SARS-cov2 surge la necesidad de realizar una higiene de manos más frecuente e intensa, hasta ahora indicada especialmente para el personal sanitario, manipuladores de alimentos, etc. Esto y la aplicación de soluciones hidroalcohólicas pueden aumentar el riesgo de sufrir lesiones en la piel, principalmente de dos tipos:
¿Cómo realizar un correcto lavado de manos?
En la medida de lo posible es preferible el uso de agua y jabón al gel hidroalcohólico. Además, para una correcta desinfección debemos seguir unas pautas:
La OMS recomienda que el lavado dure entre 40 y 60 segundos, nunca menos de 30. En el siguiente enlace tienes las instrucciones para un correcto lavado de manos.
No basta con agua, debemos utilizar jabón. Esto tiene la siguiente explicación: La membrana celular que forma la capa exterior de muchos organismos, entre ellos los virus (también el SARS-CoV2) está formada por una doble capa de lípidos. Esto los hace relativamente impermeables al agua y para romper esa barrera es necesario el uso del jabón, ya que disuelve la grasa de la membrana y desactiva los gérmenes.
Si se utiliza solución hidroalcohólica debe contener al menos un 60% de etanol para garantizar la inactivación de los gérmenes.
Ahora más que nunca es importante proteger la piel ante posibles patologías
Nuestra piel tiene multitud de funciones. Es la primera protección del organismo, impidiendo el paso de gérmenes a nuestro interior. Actúa como barrera frente a traumatismos, radiaciones, tóxicos… Mantiene el equilibrio de fluidos, evitando pérdidas de agua de nuestro interior y es responsable de la regulación de la temperatura corporal.
También contiene receptores sensoriales del tacto, presión, dolor y temperatura. Funciona como defensa inmunológica, regulando el pH para impedir el crecimiento de microorganismos a nivel superficial y participa en la formación de la vitamina D. Además a través de nuestra piel nos relacionamos con el entorno, exteriorizando nuestras emociones: nos sonrojamos, palidecemos, se nos eriza el pelo…
Por tanto, ahora más que nunca es importante cuidar y proteger la piel de nuestras manos ya que la alteración de su equilibrio y sus funciones puede provocar diferentes problemas y patologías.
Recomendaciones para mantener unas manos sanas
A continuación detallamos algunas recomendaciones para mantener la piel en buenas condiciones:
Fuente: prevencionar.com