Actualmente en el mundo, se estima que una de cada diez personas se enferma después de consumir alimentos contaminados, y que 420 mil personas mueren cada año, siendo los niños menores de 5 años los más afectados, con 125 mil muertes anuales.
La inocuidad de los alimentos es la ausencia, o niveles seguros y aceptables, de peligro en los alimentos que pueden dañar la salud de los consumidores. Los peligros transmitidos por los alimentos pueden ser de naturaleza microbiológica, química o física y con frecuencia son invisibles a simple vista; bacterias, virus o residuos de pesticidas son algunos ejemplos.
En un mundo donde la cadena de suministro de alimentos se ha vuelto más compleja, cualquier incidente adverso a la inocuidad de los alimentos puede tener efectos negativos globales, impactando la salud pública, el comercio y la economía.
La inocuidad de los alimentos juega un papel fundamental a la hora de garantizar la seguridad de los alimentos en cada etapa de la cadena alimentaria: desde la producción hasta la cosecha, en el procesamiento, el almacenamiento, la distribución; hasta el final de la cadena, en la preparación y el consumo.La alimentación segura es esencial para promover la salud de los consumidores y acabar con el hambre, dos de los 17 principales Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Cuando consumimos cualquier producto alimentario, estamos convencidos de que son productos inocuos, pero en un mundo cada vez más complejo e interconectado donde las cadenas de valor alimentarias son cada vez más largas, las normas y regulaciones se convierten en vitales para garantizar nuestra seguridad.
Cumplir con las normas alimentarias globales, establecer regulaciones de control de alimentos efectivas que incluyan preparación y respuesta ante emergencias, proporcionar acceso a agua potable, aplicar buenas prácticas agrícolas (terrestres, acuáticas, ganaderas y horticultura), fortalecer el uso de Sistemas de Gestión de Seguridad Alimentaria por parte de los operadores de las empresas alimentarias, y educar al consumidor en la elección de alimentos sanos, son algunas de las formas en las que los gobiernos, las organizaciones internacionales, los científicos, el sector privado y la sociedad civil trabajan para garantizar la inocuidad de los alimentos.
En la actualidad, globalmente estamos viviendo una situación de pandemia por Covid-19, donde mucha gente se ha preguntado si puede contraer el virus a través del consumo de alimentos o través de los envases primarios de los mismos. Actualmente, no existen evidencias de que sea un problema de enfermedades trasmitidas por alimentos, sin embargo, la transmisión puede verse afectada por incumplimientos en las Buenas Prácticas de Manufactura e Higiene de Personal.
Por ello, es viable seguir produciendo alimentos inocuos y de calidad generando el entorno adecuado para la producción. La formación constante, el lavado de manos, la limpieza y el saneamiento son, ahora más que nunca, fundamentales en las organizaciones de la cadena alimentaria. Entender su importancia y revisar los procedimientos actuales son actividades prioritarias en estos tiempos.
Todos desempeñamos un papel en la cadena para garantizar que los alimentos que consumimos sean seguros y no sean perjudiciales para nuestra salud.
Los alimentos son el punto de partida de nuestra energía, salud y bienestar.
Tamara Quintana García
Central Internacional Intedya