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Pasar de las palabras y las buenas intenciones a la acción. Esto es lo que los bancos europeos quieren que hagan las grandes empresas de determinados sectores sobre las recomendaciones para gestionar los riesgos derivados del cambio climático.
Las entidades financieras de Europa, a través de la Federación Bancaria Europea (EBF, por sus siglas en inglés), han solicitado a la Comisión Europea a que inste a las grandes corporaciones a convertir las recomendaciones sobre información medioambiental en obligaciones, según fuentes financieras.
Para los bancos es crucial poder tener una especie de base de datos con la información medioambiental de las grandes empresas. El sector financiero considera muy relevante poder comparar, por ejemplo, las emisiones y la exposición a sectores vinculados con el carbón, uno de los combustibles más contaminantes de las empresas, a la hora de financiar determinados proyectos.
"Es necesario que el marco de informar sobre riesgos climáticos sea obligatorio para conocer más a los clientes", indica un directivo de uno de los grandes bancos del Ibex.
Transparencia
Desde la EBF, la patronal bancaria europea, a la que pertenece también la Asociación Española de Banca (AEB), se quiere dar mayor transparencia a toda la información medioambiental y que deje de estar supeditada a la buena voluntad de los gestores.
La Comisión Europea actualizó el pasado verano la guía sobre las recomendaciones conocidas como TCFD, que orientan la gestión de los riesgos sobre cambio climáticos. Estas recomendaciones pretenden promover una mayor transparencia sobre cómo las compañías están integrando en sus estrategias y modelos internos la transición hacia una economía más sostenible.
Desde la Comisión Europea, señalan las fuentes consultadas, se han mostrado receptivos para convertir en obligatorias las recomendaciones sobre la información medioambiental de grandes empresas.
Los bancos ya habían reclamado a las autoridades europeas en los últimos meses, como hicieron recientemente las cúpulas de Santander y BBVA, que se debe definir con claridad la metodología sobre qué se considera verde y qué no. Además, piden conocer si se impulsarán medidas beneficiosas para los bancos que den préstamos a empresas sostenibles, como por ejemplo, con ahorros en capital.
El sector empresarial ha vivido un auténtico boom en la emisión de bonos verdes durante el pasado año. Santander, BBVA, CaixaBank y Telefónica, entre otras empresas españolas, se sumaron a la ola de emisiones sostenibles. Y se espera que la tendencia siga creciendo este año hasta alcanzar una emisión récord de bonos verdes en el mundo de casi 290.000 millones de euros, según estima BBVA Global Markets Research.
Pero más allá del aumento incesante de bonos verdes en el mercado, algunas entidades, como Sabadell, están dando pasos al frente para clasificar a los clientes en función del grado de contaminación de carbono y dependiendo de si los prestatarios logran cumplir sus objetivos para contribuir a una economía más sostenible.
Fuente: amp-expansiom-com
