Un informe de "Catalyst for change" en el que se analiza a las veintidós compañías químicas globales más grandes, responsables de una cuarta parte de todas las emisiones del sector, unas 276 millones de toneladas al año, revela que el sector químico está avanzando en el riesgo climático, y que serán necesarias innovaciones más rápidas para que tenga alguna posibilidad de alinearse con el Acuerdo de París.
Este sector en particular, es un gran usuario de energía y casi el 95% de los productos manufacturados dependen de productos químicos. El informe de CDP muestra que el sector está logrando muy buenas soluciones en cambio climático en lo que respecta a producto, y que se está beneficiando de la transición hacia una economía baja en carbono (alrededor de un 20% de sus ingresos provienen de ahí).
También se están logrando avances en reducción de emisiones a través de la eficiencia energética, con mejoras de 2 a 5% cada año.
Sin embargo cabe destacar una serie de riesgos potenciales para el sector:
- Riesgos regulatorios desiguales: las compañías químicas europeas como AkzoNobel y BASF enfrentan una reglamentación más estricta debido a los recortes nacionales de emisión de carbono y, potencialmente, un mayor gasto de capital.
- La futura regulación en China: las compañías chinas representan el 40% de las ventas mundiales de químicos, pero no revelan datos ambientales. El sistema de comercio de emisiones de China, que se lanzará a fines de 2017, podría alterar la industria en general a medida que más compañías con base china se vuelvan reguladas.
- La crisis del plástico: una producción clave de la industria química es el envasado de plástico, que representa más de una cuarta parte del uso global de plásticos, sin embargo, cerca de 8 millones de toneladas métricas de desechos (el peso de 2,000 torres Eiffel) acaba contaminando los océanos cada año. Aquí el CDP advierte que al igual que los fabricantes de automóviles enfrentaron una reacción reguladora cuando la contaminación del aire a consecuencia de los combustibles se hizo evidente, las compañías químicas podrían enfrentar un escenario similar debido a sus vínculos con los envases de plástico.
“Nuestra investigación destaca una falta generalizada de transparencia y una divulgación limitada sobre cómo se mejoran los procesos. Más transparencia y compromisos tangibles con las iniciativas de bajo carbono serán claves para evaluar quiénes serán los futuros líderes de la industria. Este año AkzoNobel se destaca en la industria a través de su compromiso con las iniciativas de descarbonización y como una de las dos únicas empresas evaluadas que cuentan con objetivos basados en la ciencia. Sin embargo, los inversores a largo plazo buscarán cada vez más que todas las empresas químicas ajusten sus estrategias comerciales en línea con objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos y un aumento en los esquemas de fijación de precios de carbono a nivel mundial", analiza Carole Ferguson, jefa de Investor Research en CDP.
Fuente: mercados de medioambiente