La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas y fundamentalmente está causada por la actividad humana y las variaciones climáticas.
La desertificación es el resultado de la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, de la sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo.
Los efectos de la desertificación los sufren unos 250 millones de personas, mientras que unos 1000 millones se encuentran en zonas de riesgo en más de cien países. Entre ellos se encuentran las personas más pobres y sin representación política.
Cada 17 de junio se celebra el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía con la finalidad de concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos.
Esta fecha brinda una oportunidad única para recordar que, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles, se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones.
Este año se analizó la relación entre la degradación de la tierra y la migración. Entre otras, la degradación medioambiental, la inseguridad alimentaria y la pobreza son causas de la migración y de las dificultades para el desarrollo. En tan solo 15 años, de 2000 a 2015, el número de migrantes en el mundo ha aumentado de 173 a 244 millones.
El objetivo es fortalecer la resiliencia de las comunidades frente a las múltiples dificultades del desarrollo mediante la gestión sostenible de la tierra.
El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía nos debe recordar a todos la importancia del suelo en la producción de alimentos y generación de empleo, así como su contribución a la sostenibilidad, estabilidad y seguridad de las zonas afectadas por la desertificación.
La capital de Burkina Faso, Uagadugú, albergó este año la celebración mundial del Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible afirma que «estamos decididos a proteger el planeta contra la degradación, incluso mediante el consumo y la producción sostenibles, la gestión sostenible de sus recursos naturales y medidas urgentes para hacer frente al cambio climático, de manera que pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras». En concreto, el Objetivo 15 recoge nuestra determinación a detener y revertir la degradación de la tierra.
Fuente: Naciones Unidas