Se los describe como narcisistas, frívolos y cómodos, adictos al smartphone e imposibles de satisfacer. Sin embargo, los estudios de hábitos indican que las causas sociales movilizan a los Millennials, la generación de jóvenes nacidos entre los años 1980 y los 2000, que hoy tiene entre 20 y 36 años.
Los Millennials son hijos de los Baby Boomers, aquellos nacidos entre la década del 40 y fines de la de los 60. Crecieron en una revolución de la información, liderada por las tecnologías digitales y los medios de comunicación.
Esta generación, que es una de las poblaciones más grandes de la historia y conforma más de la mitad de la fuerza de consumo mundial, está moldeando el futuro del consumo. Y la forma es positiva.
Dispuestos a pagar un poco más por un producto responsable
A la hora de elegir entre un producto y otro, 7 de cada 10 Millennial afirma que está dispuesto a pagar un precio superior por un producto involucrado en una causa social, según el estudio de Nielsen, acerca de los hábitos de consumo en Argentina. Los Millennials tienen mayor conciencia del consumo responsable, prefieren productos desarrollados por pequeños productores y apuestan por el comercio justo. De la misma manera, a la hora de seleccionar sus alimentos, se inclinan por aquellos más sostenibles: el 38% de los Milennials elige productos orgánicos y/o provenientes del comercio justo.
Del lado de las marcas que apuntan a estos segmentos, la responsabilidad social se vuelve un imperativo estratégico. El desafío es hacerlo de manera auténtica, ya que no es nada fácil engañar a estos jóvenes hiperconectados e informados, para los cuales la confianza es uno de los principales decisores de compra.
Se ponen la camiseta
Las causas sociales los convocan y los Millennials también están dispuestos a invertir su tiempo en ellas. Demuestran un alto nivel de predisposición a aportar en iniciativas solidarias y a participar de programas de voluntariado. Esto puede verse en la emergencia de líderes sociales de la generación, como Manuel Lozano (Fundación Sí) y Catalina Hornos (Haciendo Camino). También, en el gran poder de convocatoria que tienen entre los Millennials las iniciativas de voluntariado que requieren de una participación activa, como las que impulsa la organización TECHO.
En el ámbito corporativo, los programas de voluntariado se vuelven un beneficio para una generación cuyo objetivo principal, además del crecimiento profesional, es el desarrollo personal. Así, el voluntariado social se convierte en una estrategia de retención necesaria para una generación que mantiene en vilo a los departamentos de Recursos Humanos, por su promedio de recambio laboral de dos años.
Los hábitos de los Millennials indican que están dispuestos a invertir tiempo y dinero en lo que les importa y, afortunadamente, lo que les importa es el otro.
Fuente: Apertura.com