La consultoría puede hacer cambiar cualquier negocio, facilitando la detección y el análisis de aspectos críticos en la empresa, pudiendo suponer una fuente de pérdida económica. Ante ello, ¿cómo asegurar que el dinero que se invierte en consultoría realmente supone algún tipo de rentabilidad económica?
La consultoría de gestión es un gran negocio, basado en el desarrollo de un proceso de guía de los comportamientos de las empresas, influyendo y siriviendo como garantía de calidad, pero sólo en las ocasiones en las que el cliente y el consultor trabajan conjuntamente. La claridad y la transparencia son la clave del éxito.
Desde sus inicios a finales de 1900, la consultoría de gestión se ha convertido en un fenómeno de nuestro tiempo. Concretamente, se ha disparado desde 1980, incrementándose de forma significativa el crecimiento de los ingresos de forma acelerada por el aumento de empresas de contabilidad y TI, así como la importante diversificación de la oferta de servicios de consultoría de gestión. Además han adquirido gran importancia las grandes empresas. El gasto público en consultores ha aumentado 1 000% en los últimos años, mientras que las pequeñas empresas también han pasado a formar parte de una importante clientela.
¿Qué es la consultoría de gestión?
La consultoría de gestión permite que las organizaciones mejoren su negocio mediante el análisis de sistemas y procesos, y el desarrollo de programas de mejora ajustados a los mismos.
A través de revisiones completas de los factores vinculados con la empresa, pueden desarrollarse transiciones adaptadas a los requerimientos específicos. Por lo general, la gran mayoría de consultores son PYMES o únicos practicantes, aunque hay multinacionales que emplean grandes volúmenes de empleados para el desarrollo de su labor en consultoría.
Esta industria se encuentra en constante evolución. Cuenta con muchas especialidades diferentes (gestión de los recursos humanos, fusiones y adquisiciones, tecnologías e innovación, formación, riesgos, gestión de la seguridad, etc.)
Ofrecen experiencia en la investigación mediante el desarrollo de estrategias de gestión académica y otras estrategias de ayuda a empresas para llevar sus productos a los mercados; diseño y optimización de la organización; reducción de costes a través de sistemas y procesos de desarrollo; Diseño de TI, entrega y soporte; ecosistemas con paquetes de productos y paquetes de servicios que ofrezcan a los clientes un mejor trato en general.
La consultoría de gestión también ha creado su propia y amplia gama de nuevos conceptos y programas diseñados para ayudar a las organizaciones a mejorar su rendimiento, tales como el proceso de reingeniería de negocios, competencias básicas y cuotas de mercado de crecimiento.
Demanda creciente
Mientras que las grandes organizaciones y el gobierno son los principales clientes, las empresas de todos los tamaños aprecian cada vez más el valor de la consultoría de gestión, y sus requisitos y expectativas van en aumento como consecuencia de ello.
Los retos de la globalización, los rápidos avances en tecnologías y el auge de la población, permiten a los consultores detectar a los potenciales productores de las empresas, facilitando su competitividad.
Por otro lado, un 80% de las empresas, de acuerdo a un informe reciente, consideran que los clientes cambian la forma en la que acceden a bienes y servicios, siendo necesario el mantenimiento del ritmo. Hasta el 47% de las ocupaciones que conocemos hoy día, son propensas a automatizarse en los próximos años, y la fuerza de trabajo se expone a cambios de forma constante.
El reto del crecimiento
El sector no ha estado exento de desafíos. Muchas empresas de alto perfil, así como la caída de muchas empresas, han puesto el punto de mira en las empresas y su papel en la consultoría, suponiendo mayor control de los organismos reguladores.
Otros aspectos como la regresión económica, y el aumento de la competencia también han afectado a la industria, ya que esto, junto unas crecientes expectativas en cuanto al conocimiento de los directivos, han derivado en mayor dificultad a la hora de atraer los mejores talentos.
Como consecuencia del impacto que está teniendo internet en todo ello, destaca la facilidad de adquisición de conocimientos y la proliferación de información. Esto conlleva grandes presiones sobre la competitividad de las consultorías, influyendo de forma determinante en su competitividad.
Los clientes demandan resultados tangibles y retornos de inversión, estando tentados por opciones baratas y “fáciles”, siendo difícil discriminar las opciones que realmente ofrecen soporte de profesionales experimentados que puedan dar apoyo para evitar errores costosos, logrando cumplir los objetivos de la empresa de forma más rápida y efectiva.
Por otro lado, de acuerdo a declaraciones de Sunil Abrol, Presidente del Instituto de Consultoría y productividad de la investigación en la India, en la actualidad, cada vez son más las empresas que buscan consultores que aporten valor añadido a las empresas, dado que cada vez son más los clientes que son conscientes de sus procesos de negocio y de las opciones de mejora continua de las que disponen en sus empresas.
Por ello, el objetivo de toda empresa es asegurarse de invertir adecuadamente en el desarrollo de procesos apreciables, y esto sólo puede garantizarse cuando existe transparencia en todos los niveles. Además, para la búsqueda de mejores resultados, es necesario ayudar al cliente a elegir el consultor adecuado, estando claras las funciones, expectativas y los resultados, y pudiendo contrastarlos de forma efectiva.
Cuando las normas pueden ayudar
La transparencia y el establecimiento de directrices claras y mejores prácticas, guía en el desarrollo de mejoras a través del desarrollo de normas ISO, conllevando la creación del comité del proyecto ISO/PC 280, de consultoría de gestión.
El objetivo de todo ello, era el de la mejora del entendimiento y la transparencia de las empresas y los proveedores de los servicios de consultoría de gestión y sus clientes, conduciendo a mejores resultados de trabajos de consultoría.Para ello, el comité se encuentra desarrollando su primera norma: ISO 20700, para consultorías de gestión, estando prevista su publicación a principios del próximo año.
Sobre la base de la norma europea EN 16114: 2011,la norma ISO 20700 será la primera norma internacional de este tipo. Además se prevee que esta norma suponga una revolución en el mundo de la consultoría.
El presidente de la norma ISO/PC 280 considera que esta ayudará a ambas partes a aclarar los términos de servicio en el inicio de los proyectos, evitando costosas decepciones y conduciendo a mejores resultados en general.
Las pretensiones fundamentales en el desarrollo de esta norma no sólo tienen como pretensión ayudar a las consultorías para ofrecer sus servicios de una manera transparente y reconocida a nivel internacional, sino que también pretenden ayudar a las organizaciones que buscan el consultor más adecuado. Además de ello, la incorporación de las mejores prácticas y criterios, mejorará la calidad de la industria en general, permitiendo el trabajo conjunto de consultores y clientes.
Dr. Ilse Ennsfellner, líder del grupo de tareas committee’s que ayudó a elaborar la norma,considera que la norma ISO 20700 marcará un punto de inflexión en la industria mediante la adición de una nueva capa de credibilidad y confianza, con reconocimiento internacional.
Se cree que esta puede suponer una contribución sustancial a la economía mundial mediante el uso de su conocimiento especializado para innovar, mejorar y potenciar las organizaciones en todos los niveles, permitiendo hacer más eficaz y garantizando una calidad mínima basada en la prestación de servicios, clarificando los derechos y responsabilidades tanto del proveedor y del usuario del servicio.
Otro de los puntos fundamentales es la calidad y el rendimiento medible por consultores y clientes, siendo especialmente importante considerar las consultorías que muestran su experiencia.
La consultoría ha de considerar de forma permanente los cambios emergentes a los que se exponen las empresas, y ante ello ha de producirse de forma continua un ajuste a las características del entorno dinámico en el que se desarrolla la actividad profesional.
Es por ello, que esta norma sirve de base mediante el establecimiento de los aspectos críticos sobre los que se fundamenta la actividad profesional de toda empresa, incidiendo en aquellos clave que permitan determinación. Esta norma servirá de precedente considerando todos los aspectos críticos que sirven de base para garantizar un adecuado desarrollo de la actividad profesional.
Fuente: ISO