Reducir a la mitad las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía en el año 2050, un objetivo fijado por la comunidad internacional, se requiere duplicar la generación de energía renovable para 2020. Biocombustibles sólidos, combustibles derivados de la biomasa o los residuos de materias primas renovables, son con mucho la mayor fuente de energía renovable, por lo que es probable que desempeñen un papel importante en un futuro.
Para ayudar a responder a esta necesidad, la producción mundial de biocombustibles sólidos ha ido creciendo de forma constante durante la última década, pero no se ha armonizado aun a nivel internacional.
Biocombustibles sólidos pueden incluir pellets de madera, briquetas de madera, astillas de madera, pellets no leñosas y, recientemente, nuevos productos como los combustibles de biomasa térmicamente tratadas y densificadas, etc, que están entrando en el mercado internacional.
En la actualidad, hay una serie de diferentes métodos de ensayo disponibles para dar fe de la calidad de biocombustibles sólidos, y diversas prácticas para caracterizar los productos. Para un proveedor de comercio internacional, esto puede significar múltiples pruebas o resultados que no se pueden comparar.
Para responder a la necesidad de aclarar a nivel internacional, la ISO está trabajando en una serie de normas internacionales sobre las especificaciones de biocombustibles sólidos y clases. Esto proporcionará criterios y métodos para la caracterización de biocombustibles sólidos concisos y sin ambigüedades.
Hechos y cifras:
Evolución del mercado de la energía mundial para 2035 de acuerdo con la nueva situación política
Fuente: ISO.org