Entendemos por fraude alimentario toda aquella situación en la que se ponen en el mercado alimentos con la intención de engañar al consumidor, todo ello, con ánimo de lucro.
Existen muchos tipos de fraude alimentario, que por lo general, podemos agrupar del siguiente modo:
- Fraude Sobre los ingredientes del alimento: por adición, sustitución, alteración o falsificación deliberada de algún ingrediente, generalmente con la finalidad de reducir su coste o de mejorar alguna de sus características o propiedades (ej: Adición de melamina en la leche)
- Declaraciones falsas o engañosas en el etiquetado de ingredientes, procesos, características o beneficios del producto, procedencia o producción geográfica (ej. pescado de piscifactoría vendido como salvaje)
- Aquellas con afección sobre la calidad del producto (sensorial, nutritiva, tecnológica)
- Contra la pureza (contaminación, residuos, productos de alteración)
- Contra el estado de conservación
- Contra la identidad (sustitución de una especie por otra).
Varios países han desarrollado bases de datos que recopilan información sobre potenciales adulterantes alimentarios, permitiendo la identificación de tendencias fraudulentas.
Estas herramientas sirven como recurso en la detección de patrones emergentes de actividad fraudulenta, así como de ayuda para las autoridades locales que busquen información para ayudar en la investigación de accidentes de este tipo.
Los efectos de los alimentos falsificados se hacen sentir en todo el mundo. En Canadá, una investigación demostró que el comino se había contaminado con cáscaras de cacahuete, suponiendo un grave riesgo para cualquier persona con una alergia al maní.
A principios de este año, denuncarion a Wal-Mart en EE.UU. por vender queso parmesano con celulosa. Y lo más preocupante fue la incautación realizada por la INTERPOL y Europol tal como mencionamos en nuestro artículo.
En el Reino Unido, la Agencia de Seguridad Alimentaria (FSA) ha elaborado una base de datos contra el fraude, obteniendo la información de autoridades de control de industria y de los consumidores.
Por otro lado, USP ha desarrollado una base de datos que permite el desarrollo de búsquedas que permiten la obtención de informes de fraudes relacionados con métodos analíticos asociados e ingredientes alimenticios.
El programa creado se denomita EMAlert, y modela el comportaminento de la toma de decisiones de los defraudadores cuando adulteran los alimentos.
Además de combatir el fraude con las modernas técnicas analíticas y con leyes que regulen las pautas permitidas y las que no, los consumidores también toman acciones sobre el asunto.
La publicidad, como proceso unidireccional, facilita el establecimiento de un único mensaje, sesgado, diseñado y emitido a conveniencia de quien quiere vender más, lo que está directamente vinculado con la salud de las personas.
Actualmente, mediante el empleo de las redes sociales, los consumidores, continúan mostrando su preocupación.
Actualmente, mediante el hashtag #EtiquetaReal comparten“Etiqueta Real, inteligencia colectiva para que la publicidad no te engañe”, cada consumidor tiene la posibilidad de transmitir críticas ante prácticas poco meritorias en la promoción de los productos.
Por ello, es necesario que todos seamos conscientes de la importancia y necesidad de quejarnos ante aquellas situaciones en las que nos encontremos con alimentos adulterados, o ante aquellas situaciones ante las que creamos que hemos sido engañados, por el olor o sabor de productos o alimentos, realizando las quejas pertinentes a los organismos de vigilancia sanitaria local en las que vivamos.
Como resultado de las ocasiones en las que el consumidor aprecie algún objeto extraño, se evidencia la existencia de fallos en toda la cadena de controles de venta, dejando miles de productos contaminados.
A su vez, esto alerta de la necesidad de intervención de los organismos sanitarios, con la finalidad de determinar los consumidores que puedan verse afectados por ello, desarrollando procesos que garanticen la seguridad del consumidor, y retirando todos los productos contaminados.
Como recomendaciones fundamentales a seguir:
- Conservar el producto, entregando el mismo únicamente en presencia de autoridad sanitaria gubernamental
- Registrar con fotografías o de otras formas, detalles del producto. Nombre comercial y nº de lote, fecha de elaboración y vecimiento, tipo y tamaño del envase,etc.
- Conservar los alimentos ingeridos que hayan causado la enfermedad en las ultimas 48-72h en frío, llevándolo al municipio o bromatología de su provincia, para su análisis.
- Conservar el ticket o factura de compra de los alimentos
- Conservar los análisis, estudios o recetas que ha prescrito el médico tratante.
- Conservar todos los gastos emergentes: médicos, transporte y otros.
Como consumidores, tenemos derecho a manifestar nuestra insatisfacción con los productos que adquirimos, impidiendo el fraude. Denunciar estos hechos es fomentar el desarrollo de la salud pública.
Fuente: seguridadalimentariasesal.wordpress.com