Recientemente ha aparecido, en distintas redes sociales, la noticia de que un bebe avisó a sus padres de que no podría conciliar el sueño por que oía voces raras que salían desde el vigilabebes que tenía instalado en su habitación. En un primer instante los padres pensaron que eran invenciones del pequeño pero pronto comprobaron que realemente era cierto. Nos preguntarmos, ¿cómo ha podido suceder esto?
Parece evidiente y necesario que estos dispositivos, incorporen medidas de seguridad por defecto, pero esta es una asignatura pendiente para los fabricantes, pues aún es mucho mayor el coste de implementarlas que el beneficio que la empresa obtiene por la venta del mismos.
Lo más preocupante de estos dispositivos, conectados normalmente a la red wifi de casa, con insuficientes y en algunos casos nulas medidas de seguridad, es la posibilidad de conectarse de forma remota y acceder a todo tipo de imágenes, videos, sonidos,… de nuestros pequeños, por cualquier persona y desde cualquier parte del mundo, y el uso posterior que pudiera darse a la información obtenida.
¿Pero porqué son tan vulnerables estos dispositivos? Los vigilabebes, disponen de webcams que utilizan el protocolo RTSP para compartir video sin utilizar ningún método de autenciación asociado, siendo relativamente fácil acceder a las mismas. Páginas web como shodan permiten realizar búsquedas de webcams vulnerables en todo el mundo.
Pero la responsabilidad es compartida, cuándo compramos una nueva lavadora, coche,.. nos informamos sobre los requisitos de diseño, funcionabilidad, comparamos con otros modelos, buscamos opiniones de usuarios, … Pero ¿porqué no hacemos lo mismo cuando vamos a adquirir uno de estos dispositivos? Como usuarios deberíamos analizar sus caracterísitcas, y preocuparnos de analizar que requisitos de seguridad requieren. Aunque no tengamos que convertirnos en expertos de seguridad, si deberíamos conocer, al menos, a que riesgos nos enfrentamos y que medidas mínimas de seguridad tendríamos que aplicar, para evitar que este tipo de sistemas sean tan vulnerables.
Y como fabricante ¿qué puedo hacer? Debería preocuparme por el desarrollo de productos seguros, que integren la seguridad como un requisito más en el diseño, que faciliten la configuración de seguridad del producto, con sencillos manuales, avisar de los riesgos, y de no anteponer la rentabilidad del producto a su fiabilidad. Pues recordemos de cuan de sensibles son estos datos y el derecho de las personas a la preservación de los mismos.
Fuente: Ana Rosa Morán Zapico