La nueva ISO 9001 introduce el término “conocimiento”, con el que pretende concienciar a las empresas de la gestión e integración de know-how para su posicionamiento en el futuro.
“Dado que el conocimiento es un campo muy subjetivo con definiciones individuales, cada organización debe definir el término por sí misma”, indica Ulrich Wegner, responsable técnico de la entidad de certificación de TÜV SÜD Management Service GmbH. “Según el tamaño y el tipo de organización, los enfoques en relación al concepto del conocimiento pueden ser completamente diferentes. Las áreas centrales definidas por un fabricante de coches de gran envergadura serán muy distintas a las de un bufete de abogados, por ejemplo.”
Los nuevos requisitos no se centran en orientar el volumen de conocimiento en la gestión de información y documentación burocrática, sino en asegurar un proceso sistemático para el tratamiento de conocimiento organizacional conforme a las condiciones del marco de gestión de calidad.
Las cuatro fases que definen los requisitos para el tratamiento del conocimiento organizacional incluyen varios puntos centrales y de partida que sirven como guía para las empresas. Por ejemplo, tiene sentido marcar metas de conocimiento y competencia al principio del proceso. Para ello, las empresas deberían determinar el conocimiento de las expectativas y requisitos de los clientes y de procesos de producción y de servicios concretos. Entonces pueden planificar cómo alcanzar los objetivos y metas identificadas a través de la formación, el aprendizaje en el puesto de trabajo o a través de e-learning.
En la fase 2, las empresas deben determinar métodos específicos para intercambiar conocimiento dentro de la empresa y para mantener este conocimiento. Por ejemplo, los empleados podrían aportar a sus compañeros su experiencia en relación a proyectos ya finalizados o en fallos cometidos a modo de “lecciones aprendidas”. Aquellos empleados que dejan la empresa o que no quieren compartir sus experiencias y know-how afectan negativamente al conocimiento de la empresa. Las empresas que deseen evitar estos riesgos pueden recoger y mantener el know-how disponible, por ejemplo, en wikis o asegurar un intercambio de conocimientos.
En la fase 3 es importante que la empresa evalúe el nuevo conocimiento por ejemplo a través de las formaciones, entreviste a los empleados sobre su nivel de conocimiento cuando lo vea necesario e identifique oportunidades de mejora. Otro gran reto es el seguimiento de cambios en el mercado o en la tecnología y el análisis de cómo influyen en el conocimiento que la empresa necesita.
Una vez la empresa identifica las oportunidades de mejora en ciertas áreas, en la fase 4 se deben tomar una serie de medidas concretas. Según cada situación individual, las empresas pueden llegar a mejorar sus relaciones con los clientes y proveedores o mejorar sus mecanismos para mantener su conocimiento de forma segura. Puede ser una buena idea el renovar la validez de las funciones críticas en temas de conocimiento o mejorar la protección del know-how existente mediante patentes. A parte de una formación interna continuada, las empresas también pueden usar fuentes externas como newsletters, revistas especializadas, afiliaciones a ciertas asociaciones o colaboraciones importantes para extender su conocimiento.
Con la introducción del tema “conocimiento”, la nueva ISO 9001 sensibiliza a las empresas en factores de éxito sostenibles y orientados al futuro.
Fuente: infocalidad.net