Muchas personas conocen la ley de Murphy: cualquier cosa que puede ir mal irá mal. Cualquiera que trabaje en la industria de alimentos sabe que esta ley es aplicable siempre. Cosas extrañas e inesperadas pueden suceder, así que es importante que los procesadores de alimentos aprendan estos errores y circunstancias o mejor aún, que trabajen para evitar que sucedan dichas situaciones.
Una de las claves para mantener a Murphy lejos de la puerta es a través de la formación y educación. Comprométase a asignar recursos económicos y temporales para asegurar que el personal no solo sabe cómo hacer su trabajo sino también como hacerlo de manera segura y sin riesgo. Aunque muchas veces se educa en formación, es importante diferenciar entre una formación que simplemente implica el seguimiento y aprendizaje de formatos y procedimientos, y una educación o formación que implique entender la razones de los procedimientos y formatos.
Los planes de HACCP o control de puntos críticos es la base de la seguridad en el ambiente de la planta, pero aún más importante que las personas que estén a cargo de dichos puntos de control entiendan las razones por las que realizan determinadas tareas y sobre todo tengan una sentido “critico” para tomar decisiones apropiadas que puedan evitar males mayores en circunstancias concretas. Este personal debe conformar los siguientes puntos:
- Estar adecuadamente formado en las técnicas para operar puntos críticos de control
- Entender plenamente la importancia de monitorear los puntos críticos de control
- Tener acceso fácil a las actividades de monitoreo
- Reportar adecuadamente cada actividad de monitoreo
- Reportar de forma inmediata las infracciones de límites críticos de control para que la acción correctiva se pueda tomar también de forma inmediata
- Entender las acciones correctivas y/o preventivas que se deben tomar.
La misma filosofía que se aplica para asegurar que los trabajadores encargados de monitorear los puntos críticos de control debe ser aplicada a los programas educativos para cada una de las posiciones que hay dentro de una planta o fábrica de procesado de algún tipo de alimento. Además, la dirección debe desarrollar, documentar e implementar programas tal y como exámenes prácticos que permitan medir si el proceso educativo ha sido efectivo. Sin embargo impartir este tipo de programas educativos no es suficiente, ya que se debe hacer el seguimiento que permita determinar que realmente han sido efectivos en cuanto al aprendizaje de los empleados y hacer que todo esto quede documentado.
El proceso educativo comienza cuando un empleado nuevo entra por la puerta principal. Junto con entender aspectos básicos del empleo, la sesión de orientación inicial debe contener también los requisitos de la planta en cuanto a inocuidad alimentaria, calidad, limpieza, higiene, seguridad del personal y manejo de crisis. El desarrollo, documentación, implementación y mantenimiento de este tipo de programas hará que Murphy esté lejos de su planta. Es también importante y relevante poder tener auditorías de terceras personas que permitan hacer una autocrítica y a su vez adaptarse a los más modernos estándares y niveles de seguridad en todos los aspectos.
Una de las expectativas más convencionales en las auditorías de terceras personas es que los trabajadores de la planta y la dirección hayan recibido la educación y formación básica acerca de procesos e instrucciones documentadas. En muchos casos, las empresas no documentan lo que se requiere y confían en instrucciones verbales que muchas veces pueden llevar a confusión u olvido. Por ejemplo, cuando se asigna una tarea a un empleado nuevo sin referencia a un documento de procedimiento, el mentor puede olvidar algún paso a enseñar y por tanto se puede realizar el error.
Tomar el tiempo completo para educar a los empleados en el funcionamiento total de la planta, desde recepción de empaques hasta mantenimiento de los terrenos es vital. También lo es hablar de los asuntos de seguridad como las técnicas adecuadas para levantar materiales pesados y cómo mantener y utilizar equipo de inocuidad de manera apropiada.
A través de la educación del personal y proporcionando los recursos para esto puede proteger a su empresa y a su plantilla de empleados, reputación y recursos.
Fuente: Industriaalimenticia.com
