Reiteradamente se habla de la necesidad de acrecentar una cultura preventiva en las empresas en respuesta a las exigencias de nuestro marco jurídico y de la sociedad. Existen muchas definiciones sobre “cultura de empresa”, pero la mayoría coinciden en entenderla como el “conjunto de valores, tradiciones, creencias, hábitos, normas y actitudes interiorizadas, que dan identidad y destino a una organización para el logro de sus fines económicos y sociales”.
Por otra parte, entendemos la prevención como el conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas en todas las fases de actividad de la empresa con el fin de evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo.
También sabemos que para gestionar la seguridad y salud en el trabajo se utilizan sistemas de gestión que comparten principios básicos con el Coaching: la toma de consciencia, ausencia de juicio, la responsabilidad, el autoaprendizaje, la mejora continua, el valor de la comunicación, las implicaciones sistémicas, la eficiencia y el bienestar. Por eso el Coaching es una sólida bisagra sobre la que articular políticas para conseguir empresas saludables y sostenibles.
Además, existe extensa evidencia que sugiere que las relaciones mejoran considerablemente cuando la gente recibe coaching, ya que fomenta tanto la motivación de los empleados como la productividad de la organización. Con estos ingredientes estamos en condiciones de poder utilizar un término relativamente nuevo del que se espera un largo recorrido: “Coaching Preventivo”
En el caso de la generación de hábitos positivos hacia la prevención de riesgos laborales en una empresa, el coaching trabaja sobre las habilidades comportamientos y motivaciones necesarios para aplicar las medidas de prevención con eficacia y satisfacción. La razón fundamental de esta acción no es otra que trabajar sobre todos los factores que intervienen o influyen en el cumplimiento o no cumplimiento de los requisitos de prevención y no limitarse a dar la información teórica o los conocimientos necesarios para la buena práctica.
El objetivo fundamental del coaching especializado en el campo de la salud es mostrar a los trabajadores la naturaleza y fuente del estrés, los efectos que para la salud produce y las habilidades necesarias, tanto personales como profesionales, para reducirlo o eliminarlo.
El coaching conseguirá mejorar el autoconocimiento de los profesionales de prevención con la ayuda de diferentes instrumentos, tomando conciencia de las fortalezas e identificando áreas de mejora, aumentando la seguridad y la confianza en uno mismo para poder ganar eficiencia personal, ayudando a eliminar obstáculos y barreras, y planificando y ejecutando acciones para llegar a los cambios deseados.
Fuente: prevencionar.com