Las empresas son cada vez más globales y en los último años muchas han decidido focalizar sus esfuerzos en la internacionalización. En algunos sectores las exportaciones suponen casi su única opción para sobrevivir. Y en otros, una línea de diversificación que sigue proporcionando un impacto positivo en la cuenta de resultados. Pero para todos ellos hay un denominador común: los consumidores exigen garantías: Así, los países disponen de mecanismos de carácter técnico, voluntarios unas veces y obligatorios otras.
Las mercancías deben cumplir con los requisitos de seguridad para salvaguardar al ciudadano y a sus bienes. Y, por otra parte, tienen que satisfacer los requisitos de uso y disfrute que el usuario final espera de los bienes y servicios.
En este contexto, las certificaciones y la evaluación de la conformidad, por una tercera parte independiente, suponen valiosas herramientas que ayudan a la internacionalización de las organizaciones y facilitan enormemente la exportación de sus productos y servicios. La certificación constituye la mejor carta presentación para una empresa, sobre todo en el caso de pymes, y ayuda a abrir mercados externos.
No existe una única "marca" de certificación con la que poder comercializar cualquier producto en cualquier país del mundo. Cada tipo de producto, cada país o mercado puede tener reglas propias y requerir sus referentes concretos. Por ejemplo, los productos sujetos al cumplimiento de directivas comunitarias de la UE pueden circular dentro del mercado de la unión con el Marcado CE, sin embargo, eso no ofrece ninguna garantía de que puedan ser comercializados fuera de él porque en otros países pueden existir normas con requisitos diferentes.
Los organismos de normalización trabaja desde hace años para armonizar en el ámbito nacional, europeo e internacional los requisitos que los productos deben cumplir con el objetivo de favorecer esa circulación de productos.
Las normas técnicas son el lenguaje que hablan los mercados internacionales, suponiendo en la práctica un pasaporte de calidad, los flujos económicos no serían como son si no existiesen las normas.
El 80% de los productos que se comercializan en el mundo están sujetos a ellas, facilitando el acercamiento
y la exportación de bienes y servicios a nuevos mercados.
Un ejemplo claro de su positiva influencia lo tenemos en los contenedores: gracias a que se estableció una norma con los requisitos que debían cumplir los mismos, hoy el 90% del transporte internacional de mercancías viaja dentro de contenedores.
PRINCIPALES CERFICACIONES QUE APOYAN LA EXPORTACIÓN:
Alimentación:
Construcción:
Electromecánica
Automoción
Aeroespacial:
Ferroviario
Fuente: Revista AENOR