En el año 2040 el mundo consumirá un 56 por ciento más de energía de lo que consumía en 2010, según proyecciones emitidas el 25 de julio por la Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos.
“Es una buena noticia, porque indica que aumenta la prosperidad”, afirmó el director de la EIA, Adam Sieminski, cuando presentó los hallazgos del organismo ante el público reunido en la sede de una organización de política internacional en Washington. El informe concluye que China y la India mantendrán su impulso de crecimiento .
De hecho, el consumo de energía de China se duplicará en comparación con el de Estados Unidos para el 2040, según la Perspectiva energética internacional de 2013 (IEO). El sesenta por ciento del incremento en el consumo mundial de energía para el año 2040 se producirá en las economías emergentes de Asia.
Sieminski afirmó que los legisladores afrontarán el desafío de encontrar lo que denominó el “punto óptimo”, es decir el punto de superposición donde las políticas nacionales hagan algo “que favorezca a la energía, favorezca al medio ambiente y favorezca a la economía”.
El informe no ofrece ideas sobre cómo los legisladores encontrarán ese equilibrio o se ocuparán de las consecuencias ambientales que puedan surgir debido al uso continuo de combustibles fósiles basados en el carbono. Dichos combustibles emiten gases de efecto invernadero que, según los científicos, perduran en la atmósfera, lo cual provoca temperaturas más elevadas en el planeta, aumenta el nivel del mar y produce otras consecuencias.
La IEO 2013 prevé que los combustibles fósiles seguirán siendo la fuente de energía dominante para el mundo en las próximas décadas, si bien perderán participación en el mercado en comparación con otras fuentes de energía. La energía renovable y la energía nuclear serán las fuentes de mayor crecimiento en todo el mundo, pero continuarán siendo elementos menores en la mezcla de fuentes de energía mundial durante años, y representarán menos del 25 por ciento de las necesidades mundiales para el año 2040.
Sieminski admitió que la recesión económica mundial de los años 2008-2009 supuso un revés para ampliar el uso de los biocombustibles. Se necesitarán más avances tecnológicos para incrementar progresivamente dichos combustibles, pero la recesión constituyó un impedimento para los inversores a la hora de asumir los riesgos inherentes a una empresa incipiente, afirmó.
Los combustibles fósiles satisfarán casi el 80 por ciento de la demanda energética del planeta durante los próximos 25 años aproximadamente, según calcula la IEO 2013. El consumo de gas natural, que se considera otra tendencia importante, aumentará un 1,7 por ciento por año. Debido a que el uso de gas natural produce menos emisiones que los combustibles fósiles, en Estados Unidos se lo ha considerado un buen candidato para ocupar ese “punto óptimo”, que ofrece aire más limpio y menor dependencia de importaciones de los combustibles fósiles, manifestó Sieminski.
La producción de gas natural en Estados Unidos se ha disparado en los últimos años a medida que las nuevas tecnologías han permitido mayor acceso a lo que antes eran reservas irrecuperables, que se encuentran enterradas en las profundidades de la tierra. Las nuevas tecnologías y los avances inesperados también podrían modificar las proyecciones de la IEO con respecto al incremento en el uso del carbón.
US Energy Information Administration