Cada año, el territorio de los Países Bajos suma 15 millones de metros cúbicos de hormigón adicionales a sus infraestructuras. Productores, clientes y contratistas se han aliado para trabajar conjuntamente y desde la sostenibilidad para emplear un 100 % de materiales derivados del hormigón reciclados y lograr una disminución significativa de sus emisiones de CO2.
El hormigón está en todas partes. A escala mundial, a cada persona le corresponden 10 kilos de hormigón nuevos diarios, y, en el caso de los ciudadanos neerlandeses, suman cada día 15 m3 de este material a sus «cuentas». Con estas cifras, la cadena del hormigón se encuentra entre los sectores más influyentes en el ámbito de la edificación, la infraestructura, el empleo y el medioambiente.
El hormigón holandés es responsable de la emisión de 3,7 megatoneladas de dióxido de carbono al año, es decir, un 4 % de las emisiones de la industria y más del 2 % de las emisiones nacionales totales.
A través del acuerdo alcanzado, los integrantes del sector del hormigón eligen, desde el cliente y el productor hasta la fabricación y la reutilización, con las miras puestas en el logro de un futuro más sostenible.
El secretario de Estado neerlandés Stientje van Veldhoven firmó el conocido como Beton Akkord (del neerlandés Acuerdo del Hormigón) este martes en representación del Ministerio de Infraestructura y Gestión del Agua de los Países Bajos. Además, otros tres ministerios también participan en esta alianza: Asuntos Interiores, Asuntos Económicos y Clima, Agricultura, Naturaleza y Calidad de los Alimentos.
En palabras de Van Veldhoven: «El tiempo de hacer, usar y después tirar ha terminado: los Países Bajos está trabajando en una economía sin desperdicios, y esto también es aplicable al hormigón: una tierra finita no posee una cantidad infinita de materias primas, por lo que podemos bien buscar un segundo o incluso un tercer planeta o bien trabajar por una economía circular y el uso de nuestro hormigón con materias primas recicladas. Esto es exactamente lo que propone el Acuerdo del Hormigón, que es doblemente necesario, porque la reutilización de materias primas es indispensable para lograr los objetivos climáticos de París».
«Hace dos años, se completó el Acuerdo Verde para la Sustentabilidad de la Cadena del Hormigón, en el que se dieron los primeros pasos», explicó Jeannette Baljeu, presidenta del Acuerdo del Hormigón. «Pero la cadena consideró que se podrían lograr más resultados y tomó la iniciativa de formalizar nuevos acuerdos, que ahora establecemos en esta alianza».
Por su parte, Marinus Schimmel, director de BAM Infra Nederland, defiende que «la sostenibilidad y el uso circular de los materiales han sido valores fundamentales en nuestra empresa durante muchos años, por lo que si existe la posibilidad de dar pasos tan grandes con toda la cadena, esto puede resultar muy poderoso».
Los compromisos más importantes en el conocido como Beton Akkord son los relativos a la no pérdida neta de capital natural, la cooperación y la transparencia en la cadena, el aumento de la demanda de «hormigón verde» al incluir criterios de sostenibilidad en las licitaciones, el 100 % de tasa de reciclado de residuos de hormigón para 2030 y, también para ese año, una reducción de al menos un 30 % de las emisiones de CO2 en comparación con 1990. Este porcentaje es el mínimo establecido, pero la intención es reducir las emisiones de dióxido de carbono un 49 % en 2030.
«Con este acuerdo, la cadena asume su responsabilidad», afirma la directora de MVO Nederland, Maria van der Heijden. «De esta forma, estamos construyendo un entorno de vida más sostenible y un crecimiento sostenible del sector, en el que podemos mejorar más inteligentemente y crecer juntos».
Los firmantes, entre los que también se encuentran ProRail, Strukton, BAM, VolkerWessels, Cementbouw y VBI, animan a otras partes a sumarse a la iniciativa.
Fuente: Mercados de Medio Ambiente