La legislación europea sobre el agua potable está en proceso de revisión para promover el acceso a agua del grifo para los ciudadanos de la Unión Europea, buscando así reducir las necesidades de envasado de agua embotellada.
Uno de los principios del pilar europeo de derechos sociales es el derecho de acceso a servicios básicos de calidad, incluido el acceso a agua. Dicha propuesta legislativa fue aprobada por unanimidad por los Jefes de Estado o de Gobierno en la Cumbre de Gotemburgo el pasado noviembre y su objetivo principal es garantizar este derecho respondiendo así a la primera iniciativa ciudadana europea en lograr sus objetivos: la iniciativa por el derecho al agua.
La propuesta pretende fortalecer a los consumidores velando por los distribuidores de agua, para que puedan ofrecer información más clara con relación al consumo, el análisis de costes y el precio por litro, de forma que sea posible realizar una comparación con el precio del agua embotellada. Esto contribuirá a lograr los objetivos medioambientales de reducir el uso innecesario de plástico y de limitar la huella de carbono de la UE, así como a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La actualización de las normas que propone la Comisión supondrá añadir sustancias nuevas, hasta ahora no incluidas, a la lista de criterios para determinar la seguridad del agua, como la Legionella y el clorato. Estas inclusiones tienen en cuenta el conocimiento científico más reciente y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estas nuevas normas requerirán que los Estados miembros mejoren el acceso para todas las personas, especialmente en el caso de los grupos vulnerables y con pocos recursos, que actualmente tienen dificultades para disponer de agua potable. En la práctica, esto supone instalar el material necesario para ofrecer agua potable en los espacios públicos, lanzar campañas para informar a los ciudadanos sobre la calidad del agua, y animar a administraciones y edificios públicos a que ofrezcan acceso a agua potable.
Sumado a lo anterior, reducir el consumo de agua embotellada puede contribuir a que los hogares europeos ahorren más de seiscientos millones de euros al año. Al confiar en el agua del grifo, los ciudadanos pueden contribuir a reducir los residuos plásticos procedentes del agua embotellada, incluyendo la basura del medio marino. Las botellas de plástico son uno de los artículos de plástico de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas europeas. Con la actualización de la Directiva sobre el agua potable, la Comisión da un paso importante en materia legislativa para la aplicación de la estrategia de la UE en materia de plásticos, anunciada el 16 de enero de 2018.
Mediante la futura propuesta legislativa relativa a una revisión de la Directiva sobre el agua potable, la Comisión promoverá el acceso a agua del grifo para los ciudadanos de la UE, reduciendo así las necesidades de envasado de agua embotellada.
Fuente: comunicaRSE