La Comisión Europea da pasos en la prohibición de tres insecticidas neonicotinoides altamente tóxicos para las abejas. En las próximas semanas está prevista una reunión de su comité que podría eliminarlos definitivamente. En noviembre de 2016, la EFSA confirmó que estos neonicotinoides son altamente tóxicos para las abejas, los abejorros y las abejas solitarias.
80 organizaciones europeas han creado la Coalición para Salvar a las Abejas, formada por asociaciones de apicultores, así como organizaciones ecologistas, de agricultores y científicos de la Unión Europea (UE), para pedir su eliminación total.
Los neonicotinoides son uno de los factores clave en el declive en las poblaciones de las abejas. La exposición continuada crea desorientación de los insectos polinizadores, que se ven incapaces de volver a las colmenas, con lo que baja la producción de la miel, entre otros impactos ambientales.
Estos insecticidas son los más ampliamente utilizados en todo el mundo y están presentes en el medio ambiente tanto terrestre, como acuático. Utilizados para combatir ciertas plagas, quedan en las plantas, en donde son transportados a todos sus órganos, incluidas las flores, lo que provoca la contaminación del polen y el néctar.
En diciembre del 2013, la Comisión Europea ya restringió el uso de tres de ellos (imidacloprid, clotianidina y tiametoxam), de manera que están prohibidos en todos los cultivos atractivos para las abejas (girasol, colza, almendros). No obstante, hay importantes excepciones.
Tras cuatro años de la prohibición parcial de estas sustancias, se confirma, a través de estudios científicos, que estas restricciones son insuficientes. Por eso, los pasados días 12 y 13 de diciembre estaba prevista una reunión en Bruselas para discutir una propuesta del comité permanente de la Comisión Europea para ampliar las restricciones, de manera que sólo se iba admitir su uso en los invernaderos permanentes. Sin embargo, la Coalición para Salvar a las Abejas reclamó la prohibición total, al entender que los invernaderos son igualmente un peligro para las abejas.
Ante el desacuerdo originado, los representantes de varios países solicitaron que la reunión se retrasara, en espera de que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se pronuncie.
Un grupo de países, capitaneados por el Reino Unido, Irlanda y Francia han señalado que respaldan una prohibición más estricta. Francia se muestra especialmente activa y tiene previsto su prohibición en el 2018, con algunas excepciones, con la vista puesta en la total eliminación en el 2020.
“La ciencia es clara y contundente: los insecticidas neonicotinoides son una gran amenaza para las abejas y otras especies.”, señala Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace España. “El Gobierno español no tiene ninguna razón para no apoyar una prohibición”.
El 75% de todas las muestras de miel de abeja que se comercializan en el mundo presentan al menos un insecticida neonicotinoide. Así lo indica un estudio publicado en la revista Science el pasado mes de octubre.
Fuente: consumidoresorganicos.org