Uno de los objetivos establecidos en el Real Decreto 56/2016 es la mejora de la eficiencia energética. Esto implica la necesidad de la permanente búsqueda, y la mejora de la eficiencia energética de las organizaciones, como resultado del compromiso con el medio ambiente y la producción responsable y al mismo tiempo la eficiencia relacionada directamente con los costes de producción.
De esta manera podemos considerar la obligatoriedad para las grandes empresas (fundamentalmente aquellas cuyo volumen de negocio supera los 50 millones de euros o aquellas con un número de trabajadores superior a 250) y el concepto de «auditoría energética» considerando la necesidad de determinar, medir y considerar los consumos de energía de las organizaciones, identificando los aspectos y procesos susceptibles de mejora.
Con el real decreto ha pasado a ser un aspecto de obligado cumplimiento, pero las organizaciones pueden emplear recursos de apoyo que les faciliten la superación de estas auditorías. Un ejemplo de ello es el cumplimiento de los requisitos establecidos en la normativa Europea UNE. EN 16247-1.
LAS AUDITORÍAS ENERGÉTICAS Y SUS ACTORES
El desarrollo de los procesos de auditoría tendrá lugar por parte de personal cualificado (personal con competencia, que garantice la objetividad y transparencia la labor desarrollada), identificando los procesos que permitan identificar, conocer e informar sobre los flujos de energía y las potenciales posibilidades de mejora.
Es necesario que todo proceso de auditoría energética se adecúe a los objetivos, detallando el alcance, la definición de la organización, los equipamientos, sistemas y procesos, instalaciones, etc. que se someten a los procesos de auditoría.
OBLIGACIONES DEL AUDITOR
Representar fielmente la situación recopilando datos e información relevante y fiable, identificando su origen y procesamiento.
Analítizar en profundidad la efectividad de las opciones de ahorro energético identificadas y permitiendo verificar los logros respecto a los objetivos señalados en las mejoras que se hubieran podido o se vayan a implementar.
SECUENCIA DEL PROCESO DE AUDITORÍA
Fase previa de toma de contacto entre el auditor y la organización, delimitando así expectativas, objetivos, límites y alcance, e informando a las partes interesadas.
Al mismo tiempo se determinará tanto el tiempo como el grado de detalle, los recursos necesarios y los criterios de evaluación de las medidas, con la finalidad de alcanzar una verdadera Eficiencia energética.
El objetivo fundamental a seguir es la recopilación y el análisis de los datos e información concerniente a la actividad y la energía empleada en la organización. De este modo será posible tomar referencias en relación a los procesos, equipamientos y los sistemas de forma detallada, considerando la documentación existente tanto en la actualidad como posibles registros previos, datos históricos, otras posibles auditorías o estudios previos, etc. siempre analizando toda esta información desde el punto de vista de la optimización y la mejora de los consumos y del desempeño energético.
Definir la forma en la que van a desarrollarse las inspecciones y las actuaciones del auditor energético es fundamental, ya que es necesario concretar y definir las condiciones con la organización , haciendo posible un estudio y análisis de las situaciónes que permita determinar la situación en relativa a la eficiencia del rendimiento energético, sirviendo como referencia para la identificación y la evaluación del impacto y la posible aplicación de mejoras.
Como consecuencia de la actividad desarrollada es necesario reflejar los resultados, haciendo referencia a todos aquellos aspectos fundamentales como los antecedentes (con la información general de la organización, el auditor y la metodología); la información que se ha obtenido de los diferentes procesos que conforman la auditoría (especificando datos, estimación y consumo)
Orientar hacia la mejora de la eficiencia
Así como los resultados o conclusiones en las que se identifiquen todas las oportunidades de mejora de la Eficiencia Energética y el programa de implementación a proponer, siendo la finalidad de todo el proceso, facilitar y ayudar a la toma de decisiones de la organización, incluyendo y consensuado un plan de seguimiento.
Los procesos de auditoría energética son en la actualidad de obligado cumplimiento para las grandes empresas de acuerdo a los planteamientos del Real Decreto 56/2016. Concretamente en este 2016, éstas se ven en la obligación de superar auditorías de eficiencia energética antes del 13 de noviembre. Esta auditoría además deberá ser renovada cada cuatro años a partir de la fecha de la auditoría anterior.
Fuente: INFOCALIDAD