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Nos encontramos ante el desarrollo de entornos cada vez más globalizados, en los que la gestión y el control de la calidad, junto a la excelencia, pasan a ser aspectos fundamentales e indispensables para cualquier organización independientemente de su actividad. La calidad de los productos y servicios que proporcionemos nos diferenciará del resto de organizaciones, por lo que es esencial la permanente búsqueda de la calidad.
En relación a ello, las empresas pueden recurrir a diferentes herramientas y recursos que les permitan controlar y mejorar la actividad diaria de sus organizaciones. Podemos considerar la norma internacional ISO 9001 como referente básico de las PYMES, y en relación a ello, la ventaja competitiva que les permite desarrollar, facilitándoles el desarrollo hasta situarse al nivel de grandes corporaciones.
En su momento, la norma ISO 9001 se orientó hacia el mundo empresarial como referente de gestión de calidad, evolucionando hasta la actualidad, y adaptándose a nuevas demandas. Una muestra de ello son las revisiones a las que se somete periódicamente, entre las que podemos considerar la recientemente realizada en el año 2015, en la que se realizaron profundos cambios, con la finalidad de dar respuesta a los cambiantes requerimientos de los entornos de actividad.
La adaptación de la norma estuvo directamente encaminada hacia el desarrollo de una estructura de alto nivel, siendo este uno de los cambios que mayor polémica ha suscitado, ya que se modifica la estructura que se había empleado desde la versión del año 2000 de la norma. Este cambio ha permitido mayor alineación con otros modelos de gestión, facilitando la integración de sistemas de gestión de calidad con sistemas fe gestión ambiental, de seguridad y salud en entornos de trabajo, de responsabilidad social, de seguridad de la información, etc.
Esta nueva versión de la norma refuerza la importancia del liderazgo y el compromiso de la dirección, al mismo tiempo que otorga mayor importancia tanto al contexto de la organización como a las partes interesadas.
El objetivo que se persigue con todo ello, es que todos los integrantes de la organización interioricen la calidad como un factor clave para el éxito. Asimismo también se ha hecho hincapié en la importancia de la gestión del riesgo como medida de análisis para la toma de decisiones e implantación de acciones ya desde la etapa inicial de la planificación de la calidad.
Han sido numerosos los cambios considerados con la ISO 9001, pero con la finalidad de apoyar a las organizaciones en esta adaptación, se ha dado un margen de transición de tres años, suendo el que actualmente nos encontramos y en el que conviven las dos últimas versiones (2008 y 2015).
Bajo este panorama se hace vital para las empresas contar con profesionales que dispongan y mantengan los conocimientos al día. Pero ya no solo en esta cuestión. En paralelo con la 9001 han ido evolucionando modelos de Excelencia como el Modelo Deming, el Malcom Baldrige, el Modelo Iberoamericano, o el europeo EFQM. Modelos que permiten identificar el grado de Excelencia alcanzado por una organización en un determinado momento.
Estos modelos son exigentes. Requieren a las organizaciones procesos continuos de medición y evaluación así como análisis sistemáticos de los resultados obtenidos, en y para todas las partes interesadas. Resultan exitosos por cuanto permiten a las organizaciones obtener información de interés para la toma de decisiones estratégicas, basadas en la identificación de sus propios puntos fuertes y áreas de mejora.
Estos modelos predican con el ejemplo y se perfeccionan y renuevan con regularidad, exigiendo igualmente a los responsables de su aplicación en las empresas una constante actualización de competencias.
Hoy día los profesionales de la gestión de la Calidad se deben enfrentar a grandes retos en busca de la eficiencia para las organizaciones en las que prestan sus servicios. La filosofía Kaizen para la mejora continua, no es solo aplicable a las empresas. Debe comenzar en los propios profesionales.
Es importante forjarse unos conocimientos, ya no solo en gestión de la Calidad y la Excelencia, sino también en gestión empresarial, en gestión y control estadístico, en liderazgo. No nos olvidemos que la base para tomar decisiones que generen las mejoras adecuadas radica en manejar información fiable, o lo que es lo mismo, datos. De ahí la importancia que tiene el empleo de los métodos estadísticos. Recordemos que sobre esta base se cimienta la metodología Seis Sigma, con excelentes resultados.
La Calidad es un proceso de mejora continua por el que siguen apostando empresas de todo el mundo, convirtiéndose en una profesión actual y de futuro. Miremos donde miremos, directa o indirectamente, la Calidad va a influirnos en nuestro entorno profesional: bien porque trabajemos en una organización que opera bajo ciertos estándares de Calidad, bien porque lo hagamos dentro de un departamento de Calidad que analiza los procesos y desarrolla los procedimientos, bien porque desarrollemos nuestra actividad en el ámbito de la consultoría como apoyo a otras organizaciones, o bien seamos auditores que trabajan para controlar la Calidad de los productos que se ponen en el mercado y los servicios que se prestan, garantizando de este modo clientes satisfechos y una buena imagen y reputación para la empresa.
Las estadísticas de Bureau Veritas Formación muestran que actualmente la mayor demanda de estudios se centra en la adquisición de conocimientos relacionados con el proceso de auditoría, bien sea a través de Cursos específicos, de Programas Experto Universitario o formación superior de Máster. Cada vez son más las organizaciones que demandan estos perfiles, y son más los profesionales que asumen el reto de ser eficientes en su desempeño laboral escogiendo formarse y/o actualizar sus competencias en materia de Calidad.
Fuente: infocalidad.net
