El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que se obtiene de la fruta de la palma, es originario de África Occidental, pero actualmente Indonesia y Malasia son los mayores productores.
Es el aceite más utilizado en el mundo, se usa en muchos de los productos de las estanterías de los supermercados, productos cosméticos, detergentes, alimentos, todo tipo de comidas preparadas, helados, sopas, margarinas, etc. También se usa como materia prima en la producción de biodiesel.
Este aceite es tan popular porque tiene propiedades culinarias muy buenas, mantiene sus propiedades incluso sometido a altas temperaturas, su textura suave y cremosa y la ausencia de olor lo convierten en el ingrediente perfecto para muchas recetas, incluyendo las horneadas; también tiene un efecto de conservante natural que aumenta la vida de los productos alimenticios. Su mayor ventaja es que es el cultivo de aceite vegetal más eficiente y productivo, se necesita menos de una cuarta parte del terreno requerido por otros cultivos para producir la misma cantidad de aceite.
Entonces, ¿qué problema hay?
El aceite de palma en sí mismo no es el problema, si obviamos el hecho de que tiene una alta proporción de grasas saturadas, nocivas para la salud. El mayor problema es el modo en que se gestiona e implanta su producción.
El boom del aceite de palma a gran escala a nivel mundial tiene serias repercusiones sobre los bosques tropicales, sus habitantes y su biodiversidad.
Las zonas más propicias para este cultivo son zonas de selvas tropicales. Para poder cultivar en estas selvas es necesario “limpiarlas”, esto ha dado lugar a la deforestación y quema de miles de hectáreas de selva. Los bosques vírgenes de Malasia e Indonesia están siendo diezmados a una velocidad alarmante. Además, esta deforestación, contribuye significativamente al cambio climático, ya que destruye uno de los pulmones de la Tierra y los incendios emiten inmensas cantidades de humo a la atmósfera, convirtiendo a Indonesia en el tercer mayor emisor mundial de gas invernadero.
Actualmente un tercio de las especies de mamíferos de Indonesia están en peligro crítico debido al desarrollo insostenible de los cultivos que están sustituyendo sus hábitats. Los orangutanes son los que se están llevando la peor parte. A parte de las muertes por inanición, estos animales son asesinados, quemados vivos, torturados o capturados y vendidos como mascotas o en el mercado internacional ilegal de especies o son matados para vender sus partes.
La deforestación trae consigo el desplazamiento de las comunidades indígenas, que ven desaparecer su modo de vida tradicional, les obligan a dejar sus tierras y sus hogares y en muchas ocasiones les fuerzan a trabajar en las plantaciones en situaciones de violaciones de los derechos de los trabajadores y trabajo infantil.
¿Boicot al aceite de palma? NO es la solución!!!
Un boicot completo al aceite de palma no es la respuesta. Si dejamos de consumir productos que contienen aceite de palma efectivamente, este aceite acabará por dejar de producirse. Pero la industria buscará otro aceite vegetal para sustituirlo, por ejemplo la soja, que necesita de 4 a 10 veces más terreno de cultivo para producir la misma cantidad de aceite por lo que estaríamos haciendo el problema mucho peor. Además, no estaríamos atacando la causa raíz del problema.
¿¡Qué podemos hacer!?
El verdadero problema es el modo en que se gestiona e implanta la producción del aceite de palma, por lo que necesitamos regular esta producción para poder eliminar todas las consecuencias nocivas, para que deje de ser perjudicial para el medio ambiente, los animales y las poblaciones locales. Y con esta finalidad nace RSPO.
RSPO (Round Table of Sustainable Palm Oil – Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible) es una asociación sin ánimo de lucro que une a todas las partes interesadas de la industria del aceite de palma para desarrollar e implementar unos estándares globales para el aceite de palma sostenible.
La misión de RSPO es fomentar el crecimiento y utilización del aceite de palma sostenible mediante la cooperación dentro de la cadena de suministro y un diálogo abierto entre las partes interesadas. RSPO pretende transformar los mercados para hacer que el aceite de palma sostenible sea lo normal.
Está formado por más de 2000 miembros de todo el mundo cubriendo todos los sectores de la cadena de suministro del aceite de palma, como empresas de plantaciones, fabricantes y comerciantes de productos de palma de aceite, ONG medioambientales y sociales, etc.
En 2008 RSPO desarrolló una certificación, una serie de requisitos auditables, diseñado para ser utilizado por las organizaciones pertenecientes a la cadena de valor de la palma, de manera que puedan demostrar la implementación de sistemas para el control de productos de palma de aceite certificados por la RSPO.
La certificación RSPO es una garantía para el cliente de que la producción de aceite de palma es sostenible
RSPO ha desarrollado dos sistemas de certificación, uno para asegurar que la producción de aceite de palma es sostenible, “Principios y Criterios”; y otro para asegurar la trazabilidad del comercio del aceite de palma sostenible desde el origen, la planta extractora, hasta el consumidor final, “Cadena de Custodia”.
Existe una necesidad cada vez más urgente y creciente preocupación mundial sobre que los productos se produzcan sin causar daños al medio ambiente o la sociedad.
El mercado actual exige a las empresas que sean sostenibles, y el futuro se aproxima como una época de cambio hacia el rigor ambiental y social.
Parece lógico pensar que las organizaciones que no se decidan a dar ese paso, a cambiar, a hacerse eficientes, sostenibles y responsables medioambiental y socialmente verán cómo sus ventas caen en picado, y acabarán por desaparecer… ¿Quieres ser una de ellas? Prepárate para el cambio!!
Fuente: Alba García Regüela